INFORMACION INTERESANTE DE OTROS BLOGS/WEB.



El PARADIGMA HIPOPRESIVO

El Paradigma Hipopresivo es sinónimo de mujer, empoderamiento, madre naturaleza, dignidad, libertad sexual, ejercicio físico y salud.
Antes de ahondar en la estrecha vinculación de los anteriores calificativos con el método hipopresivo es conveniente realizar una breve aproximación al concepto de Paradigma.
¿Qué es un paradigma?
Un paradigma, se define desde la epistemología (la ciencia del conocimiento), como aquel gran conjunto de creencias que permiten ver y comprender la realidad de determinada manera. Dichas creencias incluyen también ciertas preconcepciones y creencias filosóficas, que en un determinado momento comparte la comunidad científica. Citando palabras textuales del filósofo Khun:
“Considero a los paradigmas como realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica”.
En definitiva, un paradigma es lo que comparten los miembros de una comunidad científica y, a la inversa, una comunidad científica consiste en personas que comparten un paradigma.
Algo fundamental de los paradigmas es que éstos no sólo incluyen creencias científicas, sino que poseen elementos religiosos, sociales, estéticos y filosóficos propios del contexto, entre otros, que muchas veces tienen estrecha relación con el éxito que tengan los nuevos paradigmas a medida que vayan naciendo.
 apogeo grupalCuando surgen varias voces discordantes con la normalidad instaurada es habitual recibir críticas desde el otro paradigma de pensamiento. Este es un hecho cíclico que explica los cambios más trascendentales en la historia del hombre. Justamente una historia contada por hombres y con visión masculina. Ahora faltaría empezar a contar y estudiar la historia y la vida desde la perspectiva de lo puramente femenino. 
La crítica a lo desconocido y lo ajeno es atrevida, tal y como señala Timothy Noakes,
“No presumamos que lo que decimos es verdad
pues, mitad de lo que sabemos es mentira
y del resto no sabemos qué es verdad”
El creador del paradigma y método hipopresivo es Marcel Caufriez, uno de los principales impulsores de la fisioterapia uroginecológica y obstétrica, así como el creador de la fisiosexología que trata sobre las rehabilitación fisioterapéutica de las disfunciones sexuales tanto en hombres como mujeres. También creador del pelvímetro perineal y dispositivos intravaginales para prevenir patologías pelvianas en la práctica deportiva.

Ejercicio hipopresivo dinámico
Ejercicio hipopresivo dinámico
El paradigma hipopresivo en palabras del propio Caufriez, está íntimamente relacionado con la ecofisiología:
El método hipopresivo se circunscribe al concepto terapéutico apoyado en la ecofisiología del ser humano conocido como ecoterapia que es una terapia funcional sistémica u holística que tiene en cuenta las relaciones de comunicación entre los sistemas somáticos y neurovegetativos y las incidencias del entorno corporal. Se trata de un método holístico que considera al cuerpo como un todo y concibe el entrenamiento de forma global, integrando la postura y la respiración, con especial atención al cuerpo de la mujer.”

En efecto, el método presta especial atención a la mujer, a su feminidad y el estudio de toda su idiosincrasia particular: sexualidad, embarazo, parto, periné… es decir,  aquello que circunscribe la particular corporeidad de la mujer. 
Ejemplo de ello es ya hace 30 años que Marcel Caufriez y otros profesionales de la salud del norte de Europa comenzaron a plantear interrogantes sobre los modos tradicionales de proceder tanto en el embarazo, parto e incluso rehabilitación del puerperio para la recuperación de la mujer después del parto. Por ello, hoy en día a pesar de mantener varias líneas de estudio y docencia abiertas en torno al método hipopresivo una de las principales está dedicada exclusivamente a LA MUJER.

Desde el paradigma hipopresivo se entiende la corporeidad femenina como una forma de ejercitación física libre, sin barreras culturas ni preconceptos adquiridos previamente. Desde cero, a partir de la motricidad infantil se construye un nuevo esquema corporal. Una nueva impronta es marcada en la psique, pues predomina la ejercitación de la libertad motriz, sexual, bombardeo de estímulos propioceptivos y hormonales que convierten al hipopresivo en una nueva arma de empoderamiento de la mujer a través del ejercicio físico.
parto agua
Esto crea mucha incertidumbre en los temerosos al cambio pues la idea de una sociedad libre de yugo patriarcal en donde el ser humano viene de distinta forma al mundo, donde dar a luz será sinónimo de placer no de angustia, donde la mujer pueda escoger como parir y ser capaz de tener un orgasmo simultáneo (una realidad fisiológica borrada por un histórico burka psicobiológico) podremos acercarnos con mayor conciencia y sensibilidad a nuestro propio cuerpo, sexualidad y la de los demás.
Tamara Rial
Directora de Investigación en Fitness del Método Hipopresivo
Tamara Rialwww.tamararial.com
www.metodohipopresivo.com




Gimnasia hipopresiva para una sexualidad plena

Hoy en día lo sexual, lo íntimo está muy expuesto, pero cada vez nos conocemos menos integralmente, conscientemente…
Vivimos a mil, con poco tiempo para todo y menos para hacer contacto con uno mismo; pero a la vez somos muchas las mujeres que empezamos a sentir la necesidad de mirar hacia adentro, de hacer contacto con una misma, de conocernos un poco más; y gracias a esa iniciativa es que empezamos a informarnos y a educarnos en lo que le hace bien a nuestro cuerpo y a nuestro bienestar.
Y así empezamos a saber que tenemos un periné, y que muchas veces no le prestamos atención o no lo sentimos. Hoy en día es común que gran parte de las mujeres tengan poca o nula propiocepción en esta zona (Es la capacidad que tenemos de conocer nuestra postura con los ojos cerrados), a lo cual debemos agregar que nadie nos ha enseñado a tonificar esos músculos que son tan importante para muchas funciones: tales como ser el sostén de los órganos pélvicos, y participar en las funciones de micción, defecación y parto, y por supuesto su participación en el sexo y el disfrute sexual; por ello, no es sorpresa que haya muchas mujeres con disfunciones del piso pélvico y con problemas en la esfera sexual.
Se define a la sexualidad como uno de los pilares de la calidad de vida de los seres humanos y la Disfunción Sexual Femenina (DFS), a su vez, es definida como un trastorno del deseo, la excitación, el orgasmo y/o la presencia de dolor durante la actividad sexual.
La DSF se presenta como un problema multifactorial, que puede afectar del 20% al 76% de las mujeres. Según la Soc. Catalanobalear de Fisioterapia, 6 de cada 10 mujeres no consiguen un orgasmo a causa de la debilidad muscular perineal causada por el parto, la menopausia o la edad. Yo agregaría también, el impacto desfavorable que tiene el ejercicio deportivo o actividad física en el piso pélvico en las mujeres que presentan debilidad de esos músculos y no lo saben.
Se considera que la falta de tono muscular disminuye la sensibilidad sexual, los músculos se vuelven más laxos y hacen que las mujeres no reciban suficiente estimulación, la fuerza de las contracciones es menor y los orgasmos menos intensos e incluso, en algunos casos, no se llegan a conseguir.
Hoy tienes a tu alcance una nueva gimnasia: la GIMNASIA HIPOPRESIVA que te ayuda a mejorar y fortalecer esta parte de tu cuerpo. A la vez realiza un trabajo global ya que tonifica los músculos de la faja abdominal, donde aparte de disminuir la cintura y aplanar el abdomen, tonifica la musculatura sinergista del piso pélvico: el músculo transverso, que ayuda también a la búsqueda de placer. Otros beneficios de la Gimnasia Hipopresiva a nivel global son: la mejora de la incontinencia urinaria, los prolapsos; corrige posturas eliminando dolores cervicales y lumbares, y disminuye las hernias inguinales, abdominales y lumbares.
Debemos educar el piso pélvico y la Gimnasia Hipopresiva nos ayuda a conseguir un aumento del equilibrio en la estática pélvica que lleva a mejorar la vascularización local, además de conseguir una sexualidad satisfactoria al tonificar la musculatura y lograr que la mujer tenga conciencia de su periné (aumentando su propiocepción) lo que la lleva a obtener más placer, ya que ubican mejor las sensaciones.
Con relación al orgasmo, hay mejoras, pues aumenta la respuesta del reflejo sensorio-motor (contracción involuntaria de los músculos del piso pélvico) asistiendo a la excitación y al orgasmo. Además, la mejora en el flujo sanguíneo, la movilidad pélvica y la sensibilidad del clítoris después del entrenamiento de los músculos del piso pelviano potenciaría no sólo la excitación sino también la lubricación vaginal y el orgasmo. Además la práctica diaria y continua de la Gimnasia Hipopresiva libera dopamina que acrecienta la líbido y lleva a la mujer a aumentar su seguridad para disfrutar de la experiencia sexual.
La Gimnasia Hipopresiva es un nuevo concepto de trabajo global, de trabajo integral, donde se necesita la escucha a nuestro cuerpo y la continuidad de los ejercicios durante 20 a 30 minutos diarios para obtener mejoras físicas y de bienestar.
Debes saber que esta gimnasia debe ser impartida por instructores capacitados en el Método Hipopresivo que te orientarán a que logres los beneficios buscados.
No lo dudes más, si quieres obtener una vida sexual más plena, donde tus sensaciones sean más definidas, más duraderas, prueba e incorpora a tu vida la Gimnasia Hipopresiva!
Fuente de consulta: 
O’Connell HE, Anatomy of the clitoris. J Urol 2005
World Health Organization: ICD-10, International Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems. Geneva 1992
Bernardes, BT et col. Efficacy of pelvic floor muscle training and hypopressive exercises for treating pelvic organ prolapse in women: randomized controlled trial; Department of Gynecology, Universidade Federal de São
 Daniela Gualtieri
Lic en Kinesiología y Fisioterapia MP 04353
Postgrado en Lesiones Deportivas
Especialista en Rehabilitación del Suelo Pélvico
Instructora en Método Hipopresivo M. Caufriez

Crisis o brotes de crecimiento durante la lactancia. (Fuente: Blog Alba Lactancia Materna)




En el transcurso  de la lactancia se pueden dar situaciones en las que se produce un desajuste entre la oferta y la demanda de leche.
Todos los bebés las experimentan a edades similares, lo que nos permite esperarlas y estar preparados para sobrevellarlas, aunque cabe señalar que las fechas indicadas son aproximadas, y pueden variar en función de cada díada madre-hijo.

A los 17-20 días de vida:

Es el momento en que más leche va a producir la madre en toda la lactancia, en torno al litro y medio por día.
El bebé puede haber sido muy regular desde el nacimiento en cuanto al número de tomas que hace. Hay niños que maman como un reloj cada equis horas desde el nacimiento hasta los 15 días de vida pero, llegada esta fecha, de la noche a la mañana aumentan su demanda de manera exacerbada. Sólo quieren mamar una hora tras otra, parecen negarse a dormir y sólo se calman mamando.
Si el niño ha recuperado el peso del nacimiento (en circunstancias normales, lo recuperan antes de cumplir los 15 días de vida) y la lactancia "ha funcionado" hasta ese momento, la sorpresa es mayúscula para la madre, pues el comportamiento del niño es desconcertante y le hace pensar que no tiene suficiente leche o que el bebé se queda con hambre, Si  a esto se le une el hecho de que la madre nota los pechos blandos, la situación puede llegar a ser tensa y agotadora. Muchas mujeres dejan de dar el pecho en este momento para iniciar la lactancia mixta o abandonar la lactancia materna del todo.
La realidad es que los bebés necesitan aumentar la cantidad de leche que fabrica la madre y la única manera que tienen de hacerlo -recordemos que el pecho fabrica en función de la demanda- consiste en multiplicar le número de tomas, en pegarse literalmente al pecho de la madre durante 3-4 días. Una vez logrado el objetivo, el niño volverá a hacer tomas más espaciadas y la lactancia retomará su curso normal.

A las 6-7 semanas de vida

Hacia el mes y medio de vida, los bebés y sus madres viven la segunda gran crisis de lactancia. De nuevo, el niño necesita más volumen de leche y sabe perfectamente como conseguirlo, así que vuelve a aumentar el número de tomas. Este incremento de la demanda suele ir acompañado de una conducta alterada por parte del niño cuando está en el pecho: se pone muy nervioso,  mama dando tirones, llora en el pecho, arquea la espalda (con el pezón en la boca), tensa las piernas. 
Al parecer, en este momento también se produce un cambio en la composición de la leche, cuyo sabor varía significativamente y de forma transitoria. La leche tiene un sabor más salado, y a algunos niños no les gusta el cambio.
Al igual que en la crisis de los 17 días, una vez normalizada la situación, (lo que puede producirse al cabo de aproximadamente una semana), los niños recuperan el patrón de lactancia anterior a la crisis.

A los 3 meses

En general, se habla de la crisis de los 3 meses describiéndola como un momento en que:
  • El bebé ya no pide pecho tan a menudo, algo que la madre  puede interpretar de diversas formas: no tiene hambre, no quiere comer o la rechaza. 
  • El niño que antes se mostraba encantado de pasar largo rato prendido al pecho hace ahora tomas de escasos minutos.
  • La madre se nota los pechos blandos, lo que atribuye a una producción insuficiente de leche.
  • El bebé hace tomas caóticas, en las que se distrae por cualquier cosa y a menudo rompe a llorar al poco rato de haber empezado a mamar. Sólo parece  mamar bien y tranquilo cuando está dormido.
  • El bebé engorda menos, lo cual es perfectamente normal pero puede reforzar la sensación de que pasa hambre.
  • El bebé se chupa el dedo o la mano entera casi con voracidad, lo que de nuevo puede causar alarma tanto si se interpreta como un signo externo de hambre, como si despierta el temor de que de más mayor "haga la pipa". Ambos temores son infundados.
  • A menudo, hay una disminución en la frecuencia de las deposiciones del bebé (si hasta entonces hacían caca varias veces al día, pueden pasar a hacer sólo una o incluso pasar varios días sin ir de vientre). Puesto que las deposiciones también suelen interpretarse como medidores de la ingesta de leche, la madre puede interpretar esta menor frecuencia en las deposiciones como señal de una ingesta insuficiente.
A consecuencia de todo lo expuesto, la crisis de los tres meses es a menudo el momento en que se inicia la suplementación con leche artificial y el abandono paulatino de la lactancia materna. La sensación de rechazo y de falta de leche se apodera de la madre, aunque en realidad lo que está ocurriendo es perfectamente superable si se entiende y se maneja de forma adecuada. 
A los tres meses los bebés son expertos en el arte de la succión, y en  una toma de escasos minutos pueden extraer toda la leche que necesitan.
A partir de los tres meses se producen granes cambios en su cerebro; las conexiones neuronales se multiplican a toda velocidad y su inteligencia, cada vez más desarrollada, les abre un mundo de sensaciones. Hasta los tres meses, su sentido de la vista y el oído es limitado, inmaduro y goza de una funcionalidad reducida. A partir de los tres meses, sin embargo, la visión mejora de manera espectacular y empiezan a ver más allá de la cara de su madre, por lo que se distraen por cualquier cosa a la hora de mamar: un cuadro colgado detrás de mamá, alguien que está sentado al lado de ésta, una mosca que pasa volando, el propio rostro de mamá, que el niño mira y a la que sonríe, el momento en que papá entra en la habitación... Y con el sentido del  oído  pasa lo mismo: si alguien entra en la habitación y habla, si la tele hace ruido, si pasa una ambulancia por la calle... la sana curiosidad del niño lo va a impulsar a dejar de mamar para oír qué pasa a su alrededor, y las madres se desesperan  por ese comportamiento irregular y aparentemente displicente: "Mama en 5 minutos o menos, y en ese tiempo se suelta del pecho o se distrae mil veces. Eso si, por la noche mama de fábula y está mucho rato en cada pecho, como antes, sin soltarse ni ponerse a llorar".
Por si fuera poco, a partir de los tres meses los niños lloran al mamar. No bien empiezan a succionar, se ponen a bramar con desesperación. Esto no hace más que aumentar la angustia de la madre, puesto que se nota los pechos extremadamente blandos, tiene la sensación de que apenas produce leche y es posible que haya dejado de notar las subidas de la leche.
Otra combinación de factores que impulsa a las mujeres a dejar el pecho de forma precoz y no deseada.
La situación tiene una explicación lógica, y por supuesto la madre tiene leche suficiente y la capacidad para fabricar toda la que el niño necesite en un momento dado. Pero el cuerpo materno es muy sabio y modifica el sistema de producción de leche para optimizar el proceso. Ahora la glándula mamaria está preparada para fabricar la leche en el momento que el niño la requiera, y el cuerpo tarda sólo 2,2 minutos en desencadenar el reflejo de eyección y proveer al niño de toda la leche que le hace falta.
Lo cierto, sin embargo, es que los niños suelen mostrarse molestos con este cambio. Estaban acostumbrados a encontrar la cantidad de leche que ellos querían nada más ponerse al pecho, pero ahora tienen que succionar, esperar unos minutos  y volver a mamar.
He aquí un símil que puede ayudar a entender el proceso: hasta el momento de la crisis, los niños comían en un buffet con servicio las 24 horas, y nada más sentarse a la mesa ya tenían la comida ante sí. Cuando empieza la crisis, el restaurarte mediocre se transforma en uno de lujo, hay que esperar al camarero, hay que leer el menú  y esperar a ser servido, lo que se traduce en 2,2 minutos de espera, que les sienta muy mal durante el mes y poco que tardan en aprender que toca esperar 2 minutos para comer. La cantidad  de leche que toman es exactamente la que necesitan, no hay problemas de fata de leche.
Todos los factores que intervienen en la crisis de los tres meses la hacen muy compleja, y si no se conocen los mecanismos por los que se produce, el resultado es un abandono precoz de la lactancia con la sensación equivocada de falta de leche o de rechazo por parte del bebé.

Consejos para superar las crisis:

  • Jamás, bajo ningún concepto, hay que forzar a un niño a mamar ni insistir demasiado para que tome el pecho, puesto que el resultado puede ser justamente el contrario y provocar un rechazo real donde hasta entonces no existía más que una crisis pasajera.
  • Cuando un niño está en plena crisis, puede resultar muy útil darle el pecho en penumbra y en silencio, puesto que cuantos menos estímulos externos haya, más tranquila será la toma. 
  • No esperar a que el niño llore para ponérselo el pecho, pues es posible que para entonces su ansiedad se traduzca en desesperación. 
  • Paciencia, mucha paciencia. Tal como ha llegado, la crisis se irá.